Nunca soñé que llegaría a trabajar con mitos radiofónicos de la talla de Matías Antolín, una leyenda del periodismo literario español, que apareció en mi vida a finales de 2011. Se incorporó a la redacción de Punto Radio para, entre otras muchas misiones, dar continuidad a la histórica sección denominada «La Guinda de Matías Antolín», un clásico de los programas matinales en nuestro país. En esta ventana hertiziana, el popular escritor y periodista palentino analizaba, a su manera, lo más destacado de la jornada informativa. Pronto congeniamos y no pasó ni una sola mañana sin que tomáramos juntos el primer café del día. Para mí fue un honor coincidir con este enorme profesional y llevarme para siempre su amistad y este regalo, que me dejó en forma de guinda durante la emisión del programa Cada mañana sale el sol. Aquí os dejo el audio de aquella «guinda» tan especial para mí. Gracias compadre. (Para escucharlo pincha en el play)
Transcripción de la Guinda de Matías Antolín a Fernando Ramos
Igual que Bo Derek tiene pasión por el caballo de raza, de pura raza, yo tengo pasión por nuestro «potro de las ondas». Nunca he trabajado en un equipo tan sensacional como el de este programa. Mi guiño de simpatía hoy es para Fernando Ramos, un pájaro libre en busca de su jaula, siempre descarado y astifino en el decir. Destripa la noticia deportiva con sosegado análisis, es un atleta de la lengua, un escopetilla que perdigonea noticias con desparpajo.
Fernando se implica hasta las cachas en lo que cuenta. Honestidad y coherencia presiden su labor profesional. Posee Ramos, amigos, pasión por lo que hace. Es uno de los mejores colegas que conozco. Cuando era bachiller en Oviedo, ya le interesaban más Cruyff y Perico, Maradona e Induráin que Pitágoras o Azorín. Es preciso elogiar, amigos, para ser libre, porque lo importante que hay en nosotros es nuestra capacidad de admirar. Yo admiro a Fernando Ramos, siempre escondido bajo el biombo de su timidez.